Sonia Montaño, Directora de la Unidad de Género y Desarrollo de la CEPAL – Naciones Unidas, manifestó que el trabajo de las mujeres no solo mejora el ingreso familiar sino que contribuye con la reducción de la pobreza a nivel nacional.
La socióloga boliviana, quien estuvo en Lima para participar del evento internacional “Mujer Rural. Cambios y Persistencias” realizado por diversas organizaciones de la sociedad civil destacó la gran paradoja que existe entre el desarrollo social y político -donde el rol protagónico de la mujer ha logrado la ruptura del pensamiento ancestral, que la encasillaba solo a la labor doméstica- y los indicadores que revelan la nefasta condición de la mujer rural en relación a los varones.
Según estudios de la CEPAL, la fuerza laboral femenina ha representado una reducción de al menos 10 puntos en los índices de pobreza de América Latina. Chile, Costa Rica y Uruguay son los países con menor porcentaje de ruralidad y pobreza, porque han incluido en sus políticas públicas un sistema que ampara a la mujer y valora su trabajo no remunerado.
Para Montaño, se hace necesario acabar con “la política de un Estado ausente” que no contribuye con el desarrollo de un país y que por el contrario se adopte un sistema articulado de generación de empleo que no discrimine géneros, ni subestime la capacidad de la mujer.
El Perú, como los demás países de la región, viene recuperándose en los niveles de pobreza e indigencia. Y un factor fundamental ha sido el papel de la mujer. En este sentido, CEPAL destaca la importancia que los gobiernos adopten un enfoque de economía generacional, a fin de que les proporcione una visión integral y de largo plazo. Estas conclusiones se encuentran en el informe sobre el Panorama Social de la América Latina, presentado recientemente por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe, CEPAL.
Artículo periodístico publicado en el portal de noticias TERRA
